De aquellos polvos...

"El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad". Albert Einstein.

Los que aún conservamos cierta memoria histórica, recordamos a un intransigente Jefe de la Oposición -hoy, Presidente de España- diciéndole a Rodríguez Zapatero, que cómo tenía la osadía de oponerse a un referéndum en Cataluña. Estos días resucitado en los medios digitales. La doble moral, la lengua bífida de la derecha, la sinrazón, la sinvergüencería de unos señores que creen a pies juntillas que los votos les legitiman a hacer lo que les sale del arco del triunfo.

Y, es cierto que la mayoría opta por esta opción...¿por desencanto en una izquierda superplural que son incapaces de ponerse mínimamente de acuerdo siquiera para salvar a este país de la hecatombe final?, ¿por la influencia de los medios de comunicación a las órdenes del gobierno, que son casi todos?. Porque me niego a pensar que estos votos de la gente humilde, trabajadores, clase media, jóvenes...sea producto de la política nefasta de recortes, corrupción, inmoralidad, prepotencia,...

Dicho esto, a nadie, con sólo dos dedos de frente, se le puede pasar por alto el triste y gravísimo momento político, económico y social que estamos pasando.

Hoy día, cuando la misma decencia política, la misma convicción religiosa, la misma creencia en el ser humano, nos demanda ser más generosos, más solidarios, más abiertos, nos convertimos en los únicos defensores del bien, de la justícia, de la razón, la única verdad. Y todo por mor a unas banderas, a unas crucecitas en los mapas que delimitan lo mío de lo de los otros, los malos, por supuesto. Por mor a unos nacionalismos decimonónicos y exclusivistas.

Y, con ello, obviamos todo el chanchulleo, todos los robos y latrocinios, toda la pésima gestión, toda la destrucción de un estado del bienestar, que tanto nos costó. Obviamos los recortes, que nos han sumido en el tercer mundismo, la destrucción de una élite juvenil de investigadores que era la envidia de Europa entera, la creciente desigualdad entre los españoles, aumentando la brecha entre los que todo lo tienen y nada tienen. Obviamos el que ahora sólo van a poder ir a Universidades los hijos de papá...Tantas y tantas cosas, que, mi corto entendimiento no logra alcanzar.

Nada, los de mi edad, algunos, ya luchamos contra algo diferente y mucho peor que lo de hoy. Y, miren, con todo mi sentimiento, tragándome mis convicciones, y sintiendo un poquitín de vergüenza, me digo: "pa lo que me queda de estar dentro..."
Ahí teneis vuestro problema, jóvenes de hoy. Esos que se sienten molestos y resentidos porque ELLOS no votaron la Constitución.(LECHES, tampoco yo fui a la guerra). Y también aquellos que se pueden sentir orgullos de sus parientes que fueron capaces de aprobarla, en un ambiente inimaginable hoy día.

Desde hace muchos años que pienso y digo, donde puedo o podía, que era, es necesario, imprescindible actualizarla. Si se hubiera hecho cuando tocaba, cuantos sinsabores nos hubiéramos ahorrado. Pero siempre el muro era el mismo, la derecha.
Esa derecha, ya sea centralista, el PP, como periférica, CiU, BNG....que es la que saca provecho electoral, de pobres gentes engañadas miserablemente, de todo este maremagnum.

Cuántas barbaridades se han tapado gracias a la Estelada, la Rojaigualda...y todas las demás.

Mientras no exista un movimiento fuerte de CIUDADANOS DEL MUNDO, seguiremos con nuestras guerritas tan monas.

Lo último. Una propuesta. para aquellos que con la República ataremos los perros con longanizas...Propongo para Presidente/a de Cataluña a cualquiera del matrimonio Pujol-Ferrusola. Él o ella, me da igual. Y para Presidente del Estado Español, que quede, al señor Rodrigo Rato.

Si a alguien he ofendido, pido humildemente perdón.

José Marset Jordá.