La Ley del No Pasa Nada

En los últimos meses, el PP de la Comunitat Valenciana ha comprobado que la Ley del No Pasa Nada funciona con la efectividad de un reloj suizo. El que tenga alguna duda al respecto, sólo tiene que mirar la cara de satisfacción del presidente Camps durante los actos institucionales de este 9 de Octubre. Desde las lejanas montañas de Castellón hasta las huertas de la Vega Baja, los populares se han ido pasando la consigna y se relamen ante la posibilidad de nuevas victorias electorales avaladas por esta carta magna del mangoneo y la impunidad. Fabra, como un Kim Jong-il de la Plana, empieza a preparar el nombramiento de su sucesor. Ripoll, olvidado el canguelo de las comisarías y de los interrogatorios, recorre las tierras alicantinas inaugurando polideportivos y preparando su reelección en la Diputación Provincial.

Como la nobleza obliga, hay que decir que el gobierno municipal de Alcoy es un autentico pionero en la aplicación de la Ley del No Pasa Nada. Obtener una mayoría absoluta después de que la legionela haya matado a 12 personas y haya enfermado de gravedad a otras 300, es una clara demostración de que nuestros gobernantes son unos maestros a la hora de aplicar estos principios legales. Tampoco es moco de pavo el caso de la Rosaleda y de los 700.000 euros que le costará a este Ayuntamiento arreglar el desastre de una obra que fue ejecutada, a pesar de que era manifiestamente ilegal. Bajo el paraguas de esta maravillosa legislación se cubren otras actuaciones recientes del PP alcoyano. La vergonzante maniobra del transporte universitario sólo es comprensible desde esta perspectiva. La última perla de este rosario la hemos encontrado en Xirillent: si la Conselleria de Medio Ambiente da un informe negativo sobre el golf y la urbanización, mantenemos el proyecto y arremetemos contra la Conselleria, a pesar de que sea la máxima autoridad ambiental de la Comunitat.

La Ley del No Pasa Nada abre "magníficas" perspectivas de futuro para esta ciudad. Esta elástica normativa hace posibles barbaridades que en otro lugar del mundo serian inimaginables; desde el hotel de la Font Roja al polígono industrial de la Canal. Conviene recordar, llegados a este punto, que el primer artículo de de esta ley dice literalmente que "Esto es Jauja".