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Carta de residents de Medicina Familiar i Comunitària de l'Hospital Verge dels Lliris d'Alcoi

A la atención de la Dirección Médica, Gerencia del Hospital Virgen de los Lirios de Alcoy, la Unidad Docente de Alicante y la Conselleria de Sanitat:

Como residentes de Medicina Familiar y Comunitaria, este escrito es una muestra de todo nuestro apoyo a los hechos denunciados en la carta de renuncia del Jefe de Servicio del Servicio de Urgencias de Alcoy, el Dr. Carlos Gargallo. Efectivamente, la situación es insostenible. Las malas condiciones laborales y la mejorable atención sanitaria a nuestra población se han normalizado.

Como residentes que hacemos entre 4 y 5 guardias hospitalarias al mes en dicho servicio de urgencias, nos consideramos parte del mismo, por eso es que queremos reiterar la situación que vivimos en demasiadas ocasiones: pocos médicos en el turno de tardes y menos todavía en los fines de semana y a partir de las 22h de la noche, siendo la mitad de ellos residentes. Si hablamos de cifras, un turno de tarde cuenta con dos adjuntos de guardia y dos o, en muy escasas ocasiones, hasta tres residentes y con suerte hay un par de médicos de refuerzo hasta las 22h. Posteriormente nos quedamos los cuatro o cinco facultativos que ya se ha comentado, es decir, dos adjuntos y dos o tres residentes.

En el caso de los fines de semana las urgencias de casi 140.000 personas dependen durante dos turnos de 24h cada uno de dos adjuntos y dos residentes, en muchas ocasiones uno de primer año, con semanas o meses de experiencia.

Estas cifras de facultativos tan mermadas, nos lleva a que la sostenibilidad del sistema dependa de algo tan aleatorio como la afluencia de pacientes.

Si a esto añadimos que no contamos con asistencia en Urgencias en primera instancia de pacientes de Traumatología o de Ginecología, la sobrecarga se hace patente. Estos pacientes deben ser valorados primero por el personal de nuestro servicio, y posteriormente, se avisará telefónicamente al adjunto especialista en cuestión. Mención especial son las Urgencias Obstétricas en mujeres más allá de la semana 22 de gestación, ya que ellas sí que son valoradas directamente por Ginecología de guardia. Y las Urgencias Pediátricas, si hay un residente de Pediatría de guardia, (lo cual no ocurre todos los días) son ellos los que atienden a dichos pacientes. En el caso que solo haya un Pediatra de guardia, que es lo más frecuente, la atención pediátrica también recae en nosotros, con lo que la carga aumenta y las esperas también.

Como decía el Dr. Gargallo, la docencia y la supervisión que tenemos los residentes es escasa o nula dado el elevado nivel de demanda que se produce y la escasez de medios.

Necesitamos unas urgencias dignas, con unos recursos adecuados, para que cuando debamos valorar un paciente muy grave o crítico a las 4 de la mañana el personal médico no esté exhausto.

Últimamente se están viviendo situaciones que incluso para los que hemos normalizado lo inaceptable, rompe nuestros esquemas: un pase de guardia a las 9h de la mañana de un fin de semana con 28 pacientes es intolerable. Hay muchos días en los que las urgencias no colapsan porque el esfuerzo sobrehumano que hace todo el personal sanitario que allí trabaja lo impide, pero en ocasiones, dicho esfuerzo y esta falta de recursos con jornadas laborales tan largas tienen sus consecuencias: el paciente no recibe la calidad asistencial que merece y el personal termina completamente agotado tras turnos de 17 a 24 horas de trabajo. Los turnos de guardia de 24 horas son del siglo pasado, pero esa cuestión no la pretendemos abordar ahora.

Citamos de nuevo la carta del Dr. Gargallo: “Es inaceptable, éticamente reprobable y puede ser legalmente punible que la mitad de actos médicos de un servicio estén en manos de residentes con escasa o nula supervisión”. 

Además del cansancio físico que sufrimos por los horarios, sufrimos en muchas ocasiones estrés y preocupaciones al estar tratando con vidas sin la supervisión que nos gustaría, sobre todo en el caso de los residentes de primer año. La docencia se ha quedado en el papel. Y todo ello no tiene nada que ver con la actitud de los adjuntos, ya que ellos se desviven por sacar su trabajo y, no solo eso, intentar ayudarnos todo lo que sus capacidades y su tiempo les permiten.

Como residentes de Medicina Familiar y Comunitaria pensamos que hemos escogido una especialidad maravillosa, donde podemos recibir en la consulta cualquier tipo de paciente o patología. Nos encanta nuestro trabajo, por eso nos entristece ver como en demasiadas ocasionas nuestras conversaciones giran en torno a lo cansados que acabamos o qué preocupaciones tenemos por no tener la supervisión que desearíamos.

Nos gustaría recalcar que no somos mano de obra barata, somos personal en formación. No tiene ningún sentido que los residentes de primer año cuenten con la misma carga asistencial que cualquier otro adjunto. Esto, sumado a la inexperiencia en el manejo del paciente en Urgencias, hace que en muchas ocasiones los residentes nuevos vayan con retraso y se vean sometidos a momentos de mayor estrés y presión que no son deseables para ningún profesional.

Con esta carta no pedimos mayores medios técnicos, pedimos unas condiciones laborales adecuadas y poder ejercer nuestra profesión de forma digna. Necesitamos más adjuntos con los que volver a implementar la docencia perdida, los necesitamos para descargar las consultas y el estrés que generan las mismas. Adjuntos preparados, con una especialidad vía MIR, ya que a nadie se le ocurriría contratar a un Cirujano sin MIR o a un Cardiólogo sin especialidad.

Necesitamos estas condiciones laborales y este mayor numero de compañeros por los pacientes, al fin y al cabo, trabajamos por su salud. No son números, ni cifras económicas en un papel. Son personas, y merecen una sanidad digna y un personal bien formado y lo más descansado posible para garantizar su optima atención.

Esperamos y deseamos que los responsables tomen las medidas oportunas para que esto se cumpla.

 

Atentamente

Los residentes de Medicina de Familiar y Comunitaria del Departamento de Alcoy.